martes, 5 de enero de 2010

Descubren origen del cáncer que está diezmando a los demonios de tasmania

EFE

El cáncer que amenaza con extinguir a los marsupiales conocidos como los "diablos de Tasmania" se origina en un tipo especial de células y es contagioso por contacto físico, reveló un estudio divulgado este jueves por la revista Science.

image El diablo de Tasmania, Sarcophilus harrisii, es un marsupial carnívoro que sólo sobrevive en esa isla. Tiene el tamaño de un perro pequeño y es un depredador que también se alimenta de carroña.

Debido a que se le consideraba una amenaza para el ganado fue blanco de los cazadores hasta 1941, cuando el gobierno de Tasmania tomó medidas para evitar su extinción.

Pero ahora su existencia está amenazada por un cáncer facial que ha reducido su población y puede llevar a la desaparición total del animal en los próximos 40 años, según los científicos.

El cáncer se caracteriza por la aparición de grandes tumores en la cara y el hocico, los cuales se propagan después a los órganos internos.

Hasta ahora se sabía que el mal que mata a los diablos es un cáncer, pero los científicos ignoraban su origen.

Sin embargo, investigadores de la Universidad Nacional de Australia determinaron que la enfermedad se origina en las células de Schwann, que protegen las fibras nerviosas periféricas.

Según Elizabethg Murchison, que dirigió el estudio, a través de biopsias el equipo identificó un marcador genético de la enfermedad.

"Cuando comparamos las características de los tumores para compararlos con otros tejidos normales descubrimos que casi todos tenían células Schwann", indicó Tony Papenfuss, del Instituto Walter and Eliza Hall, en Melbourne.

Según Greg Woods, del Instituto Menzies de Investigaciones de la Universidad de Tasmania, el descubrimiento es importante por cuanto representa un paso más en los esfuerzos por comprender la enfermedad.

"Los diablos desarrollan tumores de diversos tipos y los marcadores genéticos que hemos identificado nos ayudan a diferenciar los de la enfermedad facial", añadió Woods que también participó en la investigación.

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