viernes, 1 de junio de 2012

Peces y mamíferos comparten circuitos cerebrales para elegir pareja

La mayoría de los mamíferos somos animales sociales, pero cuando hablamos de comportamiento social al parecer tenemos mucho en común con todos los demás vertebrados, desde los peces hasta las aves. Según un nuevo estudio publicado en Nature, los circuitos cerebrales relacionados con la toma de decisiones básicas, como por ejemplo pelear o emparejarse, son muy similares en todos los vertebrados. Según los investigadores, esa red neuronal podría tener unos 450 millones de años de antigüedad.

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Por más que los signos u olores para encontrar una pareja, o los rituales de cortejo sean muy diferentes entre todas las especies animales, el proceso por el que pasa el cerebro para decidir es el mismo en todas las especies de vertebrados. Cómo toman decisiones sobre si pelear o no, o qué tanto escalar la agresión, también tiene un mecanismo cerebral similar en diferentes especies.

El estudio, liderado por Hans Hofmann, de la Universidad de Texas, se enfocó en los genes conocidos por estar involucrados en el comportamiento social de 88 especies de vertebrados, incluyendo aves, reptiles, peces y mamíferos. Analizaron décadas de estudios genéticos, y también estudiaron los cerebros de estas especies, buscando la expresión de los genes en 12 regiones diferentes del cerebro asociadas con la toma de decisiones sociales. La intención era conocer qué tan parecidas eran las redes cerebrales, y descubrieron que eran mucho más similares de lo esperado, ya que no sólo lo eran entre grupos como por ejemplo los reptiles, sino más lejos entre mamíferos, peces, aves…

Ya que todos estos grupos comparten esta característica, los autores del estudio creen que debe ir más allá del momento evolutivo en que los peces dieron paso a las criaturas que se transformarían en los primeros animales en conquistar la tierra firme, los tetrápodos. El último antepasado común que compartió esta característica debe haber existido al menos hace unos 450 millones de años, según los autores.

Lo extraño es que los animales tienen diferentes estrategias para detectar una posible pareja, algunos dependen de la vista, otros del olfato y de las feromonas. Son cientos de señales diferentes a lo largo de los grupos de vertebrados, pero sea como sea que llegue la señal, el cerebro la interpreta de la misma forma, con la misma red neuronal dedicada a la toma de decisiones sociales. Esa red procesa los riesgos y las recompensas de emparejarse en el momento, y envía señales a otras partes del cerebro avisando qué hacer.

Vía LiveScience

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