El pasto es uno de los seres vivos que nadie puede desconocer. Se los ve en las praderas, en una cancha de fútbol, en nuestro parque, o aunque sea en alguna plaza de nuestra ciudad. O sea, es muy común. Pero ¿que tal si trasladamos esa pradera de pastos verdes, con raíces, tallos, hojas, flores, frutos y semillas… al fondo del mar? Entonces tendríamos el pasto marino.
Se los llama pastos, porque son verdes por lo general, tienen hojas largas como el pasto terrestre, tienen fuertes raíces, y porque forman “praderas”, sólo que bajo el mar.
Los pastos marinos son pastos comunes y corrientes, o sea plantas florales, pero que se han adaptado por completo al lecho marino, o sea al agua salada. Se llama pastos marinos a cuatro familias de plantas marinas Posidoniaceae (Mediterráneo y sur de Australia) , Zosteraceae (Corea, Japón, Australia, y Chile), Hydrocharitaceae, y Cymodoceaceae.
Como son plantas que necesitan hacer la fotosíntesis, necesitan la luz solar, por lo que suelen crecer en el lecho marino, pero en aguas bajas, con fondos tanto arenosos como de barro.
Lo interesante de estas praderas marinas, es que son el albergue de muchas especies marinas, como peces, caracoles, jaibas, camarones, ostiones, etc. También es notable que se trata de uno de los sistemas naturales más productivos del mundo, si bien el pasto en sí no tiene ningún valor comercial, sí la vida que generan en sus grandes praderas marinas.
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