Si pensamos en velocidad, no creo que alguien lo haga teniendo a una planta en mente. Sin embargo la Venus atrapamoscas no acepta discriminaciones. Esta planta puede cerrar sus hojas-mandíbulas tan rápido como un parpadeo. A pesar de ser tan famosa, que incluso Charles Darwin se refirió a ella como “una de las plantas más maravillosas del mundo”, el mecanismo mediante el cual logra esa velocidad de cierre, permanece siendo un misterio desde hace 250 años.
Pero biofísicos del Ecole Polytechnique Universitaire de Marsella, Francia, están estudiando el proceso celular detrás de la rápida despuesta de la Venus atrapamoscas. Descartaron que el movimiento del agua dentro de la planta sirva para hacerla cerrar su mandíbula. Al mirar a nivel celular, se puede descubrir la explicación biológica y física, y a eso apuntan.
Las Venus atrapamoscas son nativas de Carolina del norte y Carolina del sur, en Estados Unidos. Crecen en pantanos costeros, que carecen de los nutrientes necesarios para la planta, particularmente nitrógeno y fósforo. Pero logran sobrevivir gracias a que atrapan y digieren insectos, de los cuales obtienen los nutrientes necesarios para su crecimiento.
Cuando un insecto es atraído hacia la planta carnívora por el olor, la trampa-hoja está rodeada de “pelos” diminutos que son cosquilleados por la víctima. Con que dos de esos pelos sean activados, se dispara el rápido proceso que cierra la hoja, y atrapa al insecto. Esto sucede en una décima de segundo. Cuando el insecto trata de escapar, activa a más pelos, que están dentro de la hoja también, lo que dispara otros mecanismos que aprietan las dos hojas entre sí, y liberan enzimas que permitirán digerir el bocado.
Estas trampas tienen una vida un tanto corta, igualmente. Cada “boca” de la venus atrapamoscas se puede cerrar cuatro o cinco veces como máximo, antes de morir. Atrape algo o no. Pero lo más extraño, es que los científicos todavía no han conseguido identificar cómo es que la planta logra ese movimiento, ya que no es un animal que tiene músculos. Por ahora sólo han logrado descartar una hipótesis popular que decía que el movimiento del agua dentro de la hoja, hacía que se desestabilizase y por eso se cerraba. Pero según los cálculos de los investigadores, uno proceso de este tipo llevaría al menos dos minutos.
Fuente: LiveScience
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