La expedición AMASE, que este año se ha celebrado del 31 de julio al 17 de agosto, está organizada por la NASA con la participación de la Agencia Europea Espacial (ESA), y ha contado con la colaboración de un equipo español de la Universidad de Valladolid, el primer grupo europeo invitado y encabezado por el catedrático Fernando Rull.
En concreto, el vehículo robotizado de la NASA "Cliff Bot", gracias a un instrumento diseñado por el equipo vallisoletano, ha sido el que ha recogido, en las inmediaciones del cráter de un volcán, los restos de la sustancia "beta-caroteno", resultante tras la muerte de diferentes algas y bacterias.
La decisión de explorar esta zona volcánica responde a la similitud de sus materiales con los encontrados en uno de los meteoritos marcianos analizados en los últimos años en la Tierra, además de contar con las bajas temperaturas propias del planeta rojo.
El profesor Rull ha destacado, en declaraciones a Efe, la utilidad del trabajo del brazo robotizado aportado por su equipo, el "Raman de contacto", determinante para la expedición en su objetivo de analizar en primer lugar las muestras recogidas por "el cucharón" del vehículo americano y determinar cuáles son las que merecen ser analizadas en mayor profundidad de forma posterior.
El "Cliff Bot" de la NASA junto al "Raman" vallisoletano han realizado esta expedición como antesala a las futuras "misiones de retorno", previstas entre 2015 y 2017 y que supondrán "las últimas grandes misiones antes del desembarco humano en Marte", ha precisado el catedrático.
"Las misiones de retorno tendrán como fin seleccionar muestras en el planeta y enviarlas de vuelta a la Tierra", donde se someterán a un exhaustivo proceso de análisis, ha concretado Rull.
La Expedición AMASE ha experimentado además con el "Raman a distancia", otro de los aparatos diseñados por el equipo de la Universidad de Valladolid y que se utilizará en la próxima misión europea a Marte, "ExoMars" en 2013, donde se tratará de demostrar definitivamente la existencia de agua.
Este es el segundo año en el que el también responsable de la Unidad Asociada UVA-Centro de Astrobiología lleva este aparato al Ártico, que tiene como objetivo, entre otras cuestiones, entender el mecanismo de fusión del hielo.
Rull ha añadido que mientras el pasado año "sólo se mantuvo vivo" al aparato durante 30 minutos, este año "ha aguantado horas" y ha analizado el hielo ártico de los icebergs a 125 metros de distancia.
El objetivo actual es, a juicio de Rull, desarrollar este aparato para adecuarlo además a misiones en el satélite de Saturno Titán y la Luna, porque lo que pueda haber en el hielo de esos lugares puede ser "clave".
No hay comentarios:
Publicar un comentario