Vía La Nación
Una especie de orugas parasitarias, las Maculinea rebeli, engañan a las hormigas obreras: hacen que les ofrezcan el trato reservado a sus soberanas al imitar los sonidos que emiten las reinas, afirma un trabajo que hoy se publica en Science .
Las larvas de M. rebeli "se sienten en su casa" en las colonias de hormigas. Allí, además de transformarse en orugas, piden alimento como las larvas de hormigas y segregan similares sustancias químicas.
Al escuchar estos pedidos, las hormigas obreras las alimentan como si fueran de su propia especie. Pero ni los pedidos ni las sustancias químicas pueden explicar que las orugas, de hecho, reciban mejor tratamiento que las larvas de hormigas. Por ejemplo, durante los rescates, cuando la colonia es molestada, o cuando escasea el alimento.
Francesca Barbero y colegas, de las universidades de Turín y de Oxford, encontraron la explicación: según sus investigaciones, las orugas logran alcanzar este alto estatus produciendo los mismos sonidos que emiten las reinas. Los científicos grabaron los sonidos de las orugas y analizaron la duración de sus pulsos y su frecuencia.
Descubrieron que eran más parecidos a los de las reinas que a los de las trabajadoras. Esta imitación acústica podría ser una treta utilizada por algunas de las otras 10.000 especies de parásitos sociales que, se cree, engañan a las sociedades de hormigas.
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