El año pasado, un grupo de científicos descubrieron una criatura viviente de lo más rara y curiosa, lo hicieron a 610 metros bajo el mar en las Bahamas. Se trata de “bola sin cerebro, sin ojos y sin color, cubierta completamente por barro”, como la describió Mikhail V. Matz de la Universidad de Texas.
Son amebas “gigantes” del género Gromia, una bola que en realidad es una delgada capa de protoplasma rellena de agua, lo que le da su forma esférica. Tienen unos 2,5 centímetros de diámetro, y se pueden mover por el lecho marino. Sí, a pesar de ser sólo una bola, se autopropulsan. Al parecer se empujan exudando pequeñas porciones de protoplasma a través de unas aperturas en su superficie, a través de las cuales también se alimentan consumiendo nutrientes.
Esta interesante historia viene vía el blog de Mikelnai.
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