El lobo es un animal con muy mala fama. Siempre es el malo de todos los cuentos populares, y no sin razón, ya que fue nuestro competidor y enemigo durante cientos de miles de años, hasta que por alguna extraña razón logramos conectar con algunos de ellos que se transformaron en una subespecie del lobo para formar al Canis lupus familiaris, mejor conocido como perro doméstico. El lobo salvaje, nombre científico Canis lupus.
En la actualidad el lobo habita pocos lugares, ya que es muy perseguido por el hombre, ya sea por su piel, por deporte, o por la eterna enemistad que nos separa, ya que son una amenaza para el ganado. En algunas regiones, como Estados Unidos, está en la lista de especies en peligro de extinción. Hasta no hace más de unos 200 años, se lo podía encontrar en amplias regiones de Norteamérica, Eurasia y Oriente medio. Hoy, su territorio se ha visto muy reducido.
Los lobos son animales carnívoros, depredadores que pueden vivir tanto en bosques, montañas, tundras, taigas y praderas. Un lobo puede llegar a comer 3,5 kilos de comida de una sola sentada, y si están hambrientos, comerán hasta 15 kilos de carne en un día. Si bien pueden sobrevivir hasta 15 días sin comer. Se ha estudiado que hasta las dos semanas, no se registra debilidad en la actividad muscular de los lobos.
Tienen dientes largos y mandíbulas fuertes que les permiten perforar la carne hasta 15 centímetros de un solo mordisco. Un ciervo, que puede ser su presa más común, será su víctima tras sólo tres mordiscos.
Así como son de comedores, lo son de bebedores. Es normal que un lobo beba mucha agua al día, y su estomago puede llegar a albergar hasta 7,5 litros de agua.
Un lobo normal puede llegar a medir 90 centímetros de altura, y unos dos metros de largo (contando la cola), y alcanza un peso de 70 kilos. Existen casos sin confirmar de lobos de Rusia que llegaban a los 100 kilos. Los más pequeños son los llamados lobos árabes, cuya hembra puede llegar a unos 10 kilos máximo.
El lobo es un animal especialmente adaptado a recorrer largas distancias, con un pecho y espalda potentes y piernas eficientes, que les permiten trotar a unos 10 km/h durante varios kilómetros. Si tienen que perseguir con velocidad, pueden alcanzar los 65 km/h, y dar saltos de unos cinco metros de largo. Caminan apoyándose únicamente en los dedos, lo que les permite alcanzar mayor velocidad, y también ser más silenciosos.
Las piernas, como decíamos, son muy eficientes, y están adaptadas a cualquier tipo de superficie, especialmente a la nieve. Entre los dedos tienen unas membranas especiales que les permiten moverse sin hundirse demasiado, facilitando la caza en la nieve fresca. Las patas traseras son más largas, y en las delanteras cuentan con un quinto dedo.
Los lobos se distinguen entre sí gracias a una glándula que tienen en la base de la cola, ella despide un olor característico de cada individuo, y les permite dejar un rastro aromático que los identifica frente a otros lobos de la manada.
El olfato de los lobos es agudísimo, lo que les permite cazar de noche y de día. También el sentido de la vista es especial en los lobos, ya que poseen un tapetum lucidum tras la retina, una capa de tejido que les permite captar una mayor cantidad de luz cuando esta escasea, ya sea dentro de un bosque, o por las noches. El oído también es especialmente agudo, ya que pueden sentir la caída de una hoja, a la vez que los auillidos de sus compañeros a grandes distancias.
El pelaje de los lobos es muy abundante, y por lo general de un color grisáceo. Tiene dos capas diferenciadas, la primera es una adaptación a repeler el agua y la suciedad, mientras que la segunda capa es totalmente aislante, tanto del frío como del agua. En primavera y otoño cambian el pelaje, por lo que se podrá ver a los lobos frotándose contra los árboles para quitarse de encima los pelos ya sueltos.
Los lobos suelen organizarse en manadas. Tienen una estricta jerarquía, que está relacionada con el éxito reproductivo. Son liderados por una pareja de lobos, el macho alfa y la hembra alfa. Bastante similar a como se comportaban los reyes en la antigüedad, ayudando a resolver disputas entre los demás miembros de la manada, controlando la comida, quién come primero, quién después, y lo más importante es que mantienen la manada unida, mediante el compañerismo, que hace también que la manada los siga.
La pareja alfa es monógama, es decir sólo se aparean entre sí, pero a veces pueden aparearse con uno de baja posición, si está relacionado con el otro miembro de la pareja alfa. Si uno de los dos muere, el otro se emparejará rápido, sino puede perder su posición. Por lo general, los únicos que producen camadas de cachorros en la manada son la pareja alfa, y los demás ayudarán a criar a los nuevos cachorros.
El tamaño de la manada puede llegar a los veinte lobos, pero por lo general ronda los 8 a 10. Los lobos pueden dejar su manada y convertirse en lobos solitarios en busca de un territorio o en busca de otra manada. A veces estos lobos solitarios, formarán una pareja y reclamarán un territorio, y con el tiempo forman una nueva manada. Pero los lobos solitarios son mal vistos por las manadas, no puede entrar en un territorio sin ser invitados, por lo que lo más común será que si ese lobo solitario quiere unirse a una nueva manada, se mantenga en sus lindes, rondando, hasta que finalmente sea aceptado.
Los lobos son muy territoriales. El tamaño promedio del territorio de una manada ronda los 200 kilómetros cuadrados. La manada puede llegar a recorrer 25 kilómetros por día de su territorio en busca de presas. El núcleo del territorio, igualmente, será de unos 35 km2, evitando las fronteras, para no encontrarse con manadas vecinas, cosa que puede llevar a la violencia.
La comunicación de los lobos es mediante los aullidos. Estos sirven para marcar su territorio frente a otros lobos, un medio de evitar los encuentros con manadas vecinas. Los lobos solitarios no responden a los aullidos. No ladran como los perros, para llamar la atención de sus amos, sino que sus ladridos indican nerviosismo o para advertir de un peligro. Lo hacen de forma discreta, no repetitiva.
También la comunicación pasa por las feromonas, sustancias químicas que son secretadas por los individuos que al ser olfateadas por los otros provocan ciertos comportamientos. Los lobos tienen glándulas por todo el cuerpo, la cola, las patas, los ojos, los genitales y la piel, que les permite secretar feromonas que los identifican. Los lobos alfa, por ejemplo, se frotan contra subordinados para marcarlos como miembros de la manada. También contra objetos de su territorio. Estas señales los lobos pueden olerlas desde grandes distancias. Y les permite distinguir tan bien algo como nosotros podemos distinguirlo mediante los ojos.
También la expresión corporal tiene mucho que ver en la comunicación de los lobos. Un lobo agresivo, gruñirá, se le erizará el pelaje, y si está agachado significa que está preparado para atacar. Cuando un lobo está enojado, las orejas están rectas, y su pelaje también, al tiempo que muestra los dientes. Si tienen las orejas contra la cabeza, es que están a la defensiva. El lobo dominante se mantendrá rígido y alto, con las orejas erectas y hacia adelante. Pueden mirar fijo a sus subordinados, incluso subirseles al lomo. Cuando un lobo está enojado, las orejas están rectas, y su pelaje también, al tiempo que muestra los dientes. Cuando cazan mantienen la cola horizontal y recta.
Al igual que los perros, los lobos demuestran su felicidad moviendo la cola, y dejando la lengua afuera. El miedo los hace achicarse, con orejas aplanadas contra la cabeza, y la cola entre las patas. Si está relajado la cola apunta hacia abajo, cuanto más abajo, más relajado. Demuestran sumisión bajando el cuerpo, lamiendo el hocico, y con la cola entre las patas. También podrá rodar exponiendo la garganta.
Los dejo con unos videos de Lobos, debajo de las recomendaciones.
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