Avestruces, emúes, kiwis y otras aves que no vuelan parecen ser pájaros, que comparten un origen evolutivo similar, pero la verdadera historia podría tener un giro bastante extraño, al parecer con varios ancestros voladores.
Este grupo de aves no voladores son conocidos como estrutioniformes (Struthioniformes) o Ratites, y viene siendo visto por los biólogos como parte de un grupo más grande, paleognatos, del cual la mayoría se han extinguido. Este grupo podría ser clave para comprender la evolución de las aves.
Todas las especies del orden de los ratites, se encuentran en el hemisferio sur del planeta, y comparten características asociadas con el no poder volar, como por ejemplo la ausencia de una quilla en el los huesos del pecho. También que los huesos de las alas son más pequeños, más simples y son menos. Los huesos de las piernas suelen ser más grandes, y la estructura de sus plumas no es aerodinámica.
Por estas razones, y por otras, muchos científicos creen que todos los ratites tenían un ancestro común que no podía volar, pero ahora un nuevo análisis muestra que no compartían este único ancestro hipotético que no podía volar, sino que probablemente evolucionaron a partir de varios ancestros que sí surcaban los aires.
John Harshman del Field Museum of Natural History de Chicago, y colegas han secuenciado material genético de diferentes especies de aves y luego determinaron cómo se relacionaban unas con otras.
Al parecer, todos los ratites, menos las avestruces, están todas relacionadas con el tinamou (imagen), uno de los grupos de aves más antiguo, que actualmente viven todos en Sudamérica. Tienen una cola rechoncha y son aves que viven en el suelo, sin embargo pueden volar
Los autores creen que la razón de este parentesco es que todas tenían un ancestro común que podía volar, y que el vuelo fue se perdió al menos tres veces: una en las avestruces, otra en los ñandúes y otra en el grupo que incluye a los emúes y a los kiwis.
La deriva continental separó a estos grupos, ya que las avestruces viven en África, los ñandúes en Sudamérica y los emúes y kiwis en Oceanía. Incluso hay biólogos que han llegado a decir que la distribución de las aves no voladores reflejan el orden en que los continentes se separaron del supercontinente Gondwana.
Fuente: Livescience
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