El pene más largo de los vertebrados lo tiene un pato

Vía Público me entero de un dato que seguramente les gustará a ustedes, curiosos de la naturaleza. Alguno sentirá envida, otro se asombrará, y habrá quien se horrorice. Un pato sudamericano llamado malvasía, tiene un pene de 40 centímetros de largo.

Sin duda es el más largo entre las aves, que por alguna extraña razón, la mayoría los pájaros machos no tienen pene. Las avestruces son las aves más grandes, y tienen un pene de unos 20 cm. Pero claro, pasa verguenza ante el del pato malvasía, nombre científico Oxyura vittata.

Igualmente no se imaginen una estrella del cine porno, ya que el pene del malvasía tiene una forma peculiar, es como un sacacorchos, que llega a los 40 centímetros cuando se extiende. Lo gracioso es que el cuerpo de este pato propio de Sudamérica mide unos 46 centímetros de promedio, y suele pesar unos 600 gramos. Tiene un pene casi tan grande como su cuerpo.

En biología se dice que este pato malvasía tiene el pene mas largo de todos los vertebrados, en relación a su cuerpo. Imaginen ustedes a un humano promedio con un pene de un metro ochenta. Ahora, ¿por qué semejante despropósito en el tamaño?

Para que se siga sorprendiendo, el pene es espinoso en la base, y tiene la punta erizada como un cepillo. Y justamente esa forma, como de cepillo limpia botellas, es la que explicaría también el por qué de semejante tamaño.

Al parecer las hembras malvasías son muy promiscuas. En la época del celo forman grupos grandes, y para que el macho se pueda asegurar su descendencia, tiene que limpiar el oviducto de la hembra con su pene, para borrar los rastros de semen de algún competidor.

Por eso, cuanto más largo, mejor limpia, más descendencia deja. Si no se horrorizan, vean las fotos debajo de las referencias.

Más referencias

McCracken, Kevin G. (2000): "The 20-cm Spiny Penis of the Argentine Lake Duck (Oxyura vittata)". The Auk 117(3) p.820–825. PDF fulltext

McCracken, Kevin G. et al (2001): "Sexual selection: Are ducks impressed by drakes' display?". Nature 413 p.128. DOI: 10.1038/35093160 PDF fulltext